Los tres contingentes del Batallón Perú pasamos mucho tiempo lejos de la familia en Israel, algunos seis meses, otros un año, extrañando la presencia de los seres queridos, padres, esposas, hijos; tuvimos la fuerza para soportarlo, sin estrés, sin problemas de salud mental y logrando un sentimiento de compañerismo que ha perdurado casi 47 años. Hoy la humanidad afronta una amenaza mortal en forma de pandemia que requiere fortaleza individual, fe y ciencia, mucha solidaridad.
Así como superamos esa soledad individual familiar entre 1973 y 1975, ahora nos toca superar este distanciamiento social, con peligro al igual que en esos años, quizá ahora más complicado porque el enemigo es invisible y los más vulnerables somos los mayores de edad, así que tenemos que cuidarnos más, ya no somos los poderosos, los fuertes, los comandos invencibles en la batalla, ahora tenemos un espíritu que sí es invencible y que protege a nuestras familias y por este espíritu resistiremos.
En estas circunstancias, duras por cierto, asumo el sentimiento del Presidente de la Asociación y de los oficiales del Ejército Peruano, que nos guiaron en esa noble misión de paz; sentimiento de mantener nuestra fortaleza y de estar siempre unidos, por ahora en forma espiritual. En corto tiempo llegará el momento de volvernos a encontrar, mientras tanto levantemos nuestras plegarias al Ser Supremo, Dios y confiemos en nuestros soldados de primera línea: médicos, trabajadores de la salud, Fuerzas Armadas, Bomberos, trabajadores de limpieza, que ellos luchan por nosotros.
Protejamos a nuestras familias
Carlos Hernández Sardón
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